La muestra Transparencias llega a Caseros

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El viernes 9 de septiembre a las 19 horas en la Subsecretaría de Cultura (Valentín Gómez 4726) se inaugurarán las pinturas de la artista Nidia Ortelli Velásquez Vera.

La muestra se desarrollará hasta el viernes 30 de septiembre en la Subsecretaría, de 9 a 19 horas de lunes a sábados y con entrada libre y gratuita. Además, el jueves 22 se realizará el clásico Café Cultural 3F, donde el público podrá dialogar con la artista Nidia Ortelli Velásquez Vera.

Velásquez Vera nació el 28 de diciembre de 1941 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estudió dibujo y pintura con el artista plástico Miguel Dasso, se recibió del profesorado de música en el Conservatorio Santa Cecilia, realizó estudios superiores de arte decorativo y pátinas artísticas y se graduó en diseño publicitario. Ha tenido una extensa y virtuosa carrera en artes plásticas, con principal asiento de su actividad en el noroeste del conurbano bonaerense, en las localidades de Tres de Febrero y San Martín.

Relato curatorial – Transparencias:

La pintura, en sus diferentes formas, tiene también su lado más sutil, grácil y sensible: la acuarela. Esto no supone que otras expresiones plásticas no contengan esas ideales características, sólo que la acuarela y los acuarelistas llevan dichas condiciones a su máxima expresión.

Cuando fluye el pincel del artista junto a sus acuarelas, éste arma y desarma formas generando la idea visual de velos que se corren para desnudar intimidades, interiorismos y las subjetividades de  aquellas cosas que –incluso– creemos no las poseen.

Esas visiones introspectivas, percibidas como aromas que impregnan nuestros ojos, son las “Transparencias” de Nidia Ortelli de Velásquez Vera, que en esta ocasión llegan a la Sala de Exposiciones de la Subsecretaría de Cultura de Tres de Febrero para completar, así, el amplio espectro que define a la sala insignia de las sedes culturales municipales.

Paisajes breves, flores, detalles de fachadas y diversos elementos en primer plano, serán como convites para observar almas y auras a través de una ventana figurada; pues es la acuarela, en su más acabado sentido, la mismísima metáfora visual.

En estas obras habremos de hallar recuerdos de aquellos tiempos que sabemos idos, pero que nuestra memoria guarda y atesora, ya no con su forma perfecta y definición original, sino –justamente– como acuarelas que estiran esas cavilaciones y nos tornan testigos mudos y transparentes de la vida que ocurre y pasa.